Las casualidades no existen
- Elisa García Faya
- Feb 6, 2017
- 3 min read
Llegué a Londres en septiembre para hacer el VOGUE Certificate de Condé Nast College of Fashion and Design porque, después de mis seis meses de prácticas en VOGUE en España, me quedé con ganas de más. Fueron diez semanas apasionantes de las que ya hablaré más adelante y al terminar volví a casa (como el turrón) por Navidad.
Venir de nuevo me costó lo mío. Despedirse de la familia no es fácil pero he de decir que tres semanas después estoy más feliz que una perdiz. En cuanto aterricé me puse a echar currículos por doquier. El objetivo era encontrar unas prácticas relacionadas con el periodismo y la comunicación. A poder ser, remuneradas. Pero como soy consciente de que la situación del sector está difícil en cualquier sitio, pensé en compaginarlo con un puesto de sales assistant (dependienta, no nos engañemos) para poder dejar de depender de papi y mami. Además, y ojo que esto es importante, la experiencia en retail en Inglaterra importa y mucho. Creen que, sobre todo para puestos relacionados con la comunicación, haber pasado por tienda y saber lidiar con el cliente es un plus. Además, desde hace ya unos años, los jóvenes ingleses trabajan como dependientes para pagarse los estudios. Las grandes empresas se han dado cuenta de que a diferencia de los que solo han hecho practicas, los que han pasado por tienda son mucho más resolutivos y proactivos.

También se me pasó por la cabeza meterme en una agencia de publi para hacer anuncios y editoriales comerciales. ¿Casualidad? No creo. Fui a parar a un pequeño estudio en Islington, al norte de Londres, muy cerquita de mi casa. La maquilladora era catalana y su novio estudiaba una ingeniería en Crandfield University, en Milton Keynes (como el mío). Charlamos durante un buen rato y la fotógrafa, Lluisa Fábregas (también catalana) se acercó y me preguntó si era editora. “Eso pretendo”, le dije. “Busco una editora”, respondió. Me contó que una revista de moda y arte española (KOOSS Magazine) se había puesto en contacto con ella para que fuera su London Ambassador (algo así como corresponsal) y que le habían propuesto que se crease su propio equipo para generar no solo imagen sino también contenido editorial.
Dos semanas después hemos hecho ya dos reportajes increíbles que podréis ver en seguida en la web de KOOSS. Es una revista chiquitita que va creciendo poco a poco pero que ya ha sacado en portada caras muy conocidas. En el barco londinense somos ya unos pocos: Leah Abrahams es mi compi inglesa, ella escribe sus artículos en inglés y yo me encargo de traducirlos. También escribo los míos propios. Estoy contenta porque para mi traducir algo es nuevo y me parece súper divertido. Lluisa Fábregas es nuestra artistaza barcelonesa. Buscad su web porque sus fotos son una locura. Y Dennis Immanuel, londoner, es nuestro súper stylist.
Mientras todo esto de la colaboración con KOOSS se iba fraguando y el equipo iba cogiendo forma, yo seguía buscando un trabajo en retail. Hice una entrevista en una agencia de dependientas antes de Navidad y me cogieron pero, como parece ser que todo el mundo compró cuanto necesitaba durante las fiestas, al llegar en enero me dijeron que no había puestos disponibles (porque son temporales y te van rotando de tienda en tienda) y que me llamarían.
Como soy un culo inquieto, apliqué para un puesto en la marca Ted Baker en Selfridges, que son unos grandes almacenes muy conocidos en Londres. Me cogieron, pero… llegó un becario, que siempre es más rentable… Así que me ofrecieron llevar mi CV al Ted Baker de Regents Street, perpendicular a Oxford Street. Lo llevé. Me llamaron. Hice dos entrevistas y empiezo este martes. Como entro a las once, dedicaré mis mañanas a escribir para KOOSS. Espero poder contar más cosas pronto. Iré dejando los links a mis artículos en Instagram.
“Casualidad” era el seudónimo de la oportunidad.
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