Thank God, me encontré
- Elisa García Faya
- Jan 3, 2019
- 2 min read

Han pasado cuatro meses desde que escribí mi última entrada. Esa en la que decía que me encontraba perdida y que quería, con todas las letras, ser periodista. Que estaba dispuesta a cualquier cosa por esta profesión vocacional para valientes. Y cuatro meses después, soy periodista.
2018 ha sido un año de constantes vaivenes. He trabajado en dos agencias de comunicación y en el departamento de comunicación interna de una importante multinacional. Por supuesto, todas esas labores las he compaginado con mi colaboración como freelance en la revista InStyle. Donde llevo ya más de un año. Jornada completa en cada uno de los sitios mencionados y al llegar a casa a las seis de la tarde sentirme de verdad yo misma dándole a la tecla para hablaros de moda, de belleza, de celebrities o fitness. InStyle fue durante esos meses un clavo ardiendo al que me agarré porque mi único objetivo en la vida ha sido siempre ser periodista.
Me encontré
En septiembre, pocos días después de escribir aquel "S.O.S. Me he perdido", dejé el departamento de comunicación interna de aquella multinacional. Pegué un telefonazo a Intereconomía, que me había hecho una oferta tiempo atrás. Dije firmemente en InStyle que quería trabajar más y acepté una oferta de Joana Bonet para llevar las redes sociales del dominical de moda de La Vanguardia, Fashion and Arts. Y así, con solo mover algunas fichas me di cuenta de que ya sí. Era íntegramente periodista.
Hoy presento la sección de tendencias del informativo de Intereconomía los viernes por la noche, trabajo de 16:00 a 21:00 de lunes a viernes, festivos y fines de semana alternos en InStyle y gestiono las redes sociales de Joana Bonet y Fashion and Arts. Autónomos sigue friéndome mes a mes y me exprime cada tres. Pero todo merece la pena.
A 2018 le doy las gracias por haberme hecho girar como una peonza. Por haberme hecho descubrir que cuando se es joven no hay que tener miedo a probar. Por haberme enseñado que para encontrarse uno tiene que haberse perdido.
A 2019 le pido que por mucho que haya quienes me pongan la zancadilla, yo pueda seguir caminando erguida y sea consciente de lo que he avanzado. Si uno no se siente orgulloso de sí mismo solo puede quedar estancado.
Una vez más, avancemos.
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